Lidiar con el estrés
Home > Extras de Vertellis Chapters > Lidiar con el estrés
Artículos relacionados
Disfruta de ti al máximo con el desarrollo personalLidiar con el estrésTu kit Vertellis de amor propio
Temas
Desarrollo personalLidiar con el estrés
Anique Bleumink - 01/01/2020

¿Una mente ocupada? ¡Así es como puedes despejar tu mente!

¿Te suena? ¿Tus pensamientos agolpándose, confundiéndose y volviéndose una enorme maraña en tu cabeza? Sabemos que es horrible, pero por suerte se puede prevenir. Hay una serie de técnicas y trucos que te pueden ayudar a despejar tu mente.

Pero, ¿de dónde provienen todos esos pensamientos?

Tanto un cerebro hiperactivo como hipoactivo puede hacernos sentir presionados/as. Puede sonar contradictorio, pero así es. Hay situaciones en las que tu cerebro puede verse sobreestimulado, por ejemplo cuando te pones nervioso/a o algo te asusta. Esto pone a tu mente alerta y puede ser muy útil en algunas situaciones, por ejemplo justo antes y durante una entrevista de trabajo. Pero una vez que esta situación pasa, tu mente debería poder volver a relajarse. Si no es así, y tu mente se mantiene agitada, te acabarás sintiendo ofuscado/a. Lidiar con el estrés es difícil en estos casos. Pero lo contrario también puede pasar, cuando tu cerebro ni siquiera se activa correctamente desde un principio. Cuando esto pasa, la información se procesa de manera más lenta o ineficiente y esto provoca que la mente no pueda liberarse al no haber logrado procesar los pensamientos. ¡Esta sensación nos hace sentir tanta intranquilidad como cuando el cerebro trabaja a muchas revoluciones! 

Sé consciente de la inquietud

Lidiamos con tanto ruido de fondo y caos en nuestro día a día que hasta nos hemos acostumbrado. Por un lado eso es práctico porque de otra forma estaríamos siempre al borde de un ataque de nervios, pero por otro, no permite que nuestra mente pueda realmente tranquilizarse. Para hacer que tu mente pueda serenarse primero hay que aprender a ser conscientes de todo ese ruido al que estamos acostumbrados. Tenemos que aprender a reconocer esa sensación, al igual que puedes reconocer que necesitas irte a dormir más temprano cuando estás cansado. 

Para ello, debes conocer los signos del estrés: dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos, insomnio o dificultad para dormir o sentirse bajo presión. Pregúntate: ¿cómo me siento cuando tengo la mente agitada? Los ejercicios y preguntas para la autoreflexión que te proponemos con el diario Vertellis Chapters, te pueden ayudar a definir estos conceptos. A partir de ahí estarás más preparado/a para despejar tu mente con la ayuda de ejercicios y trucos prácticos.  

Ejercicios para despejar tu mente

Ya has dado el primer paso para aprender a reconocer cómo te sientes cuando tienes la mente agitada. ¡Ahora podemos hacer algo al respecto! Una de las cosas que puedes hacer para despejar tu mente es hacer un ‘vaciado de pensamientos’. Date un tiempo para escribir literalmente cualquier cosa que se te ocurra. No proceses lo que estás escribiendo o como lo estás escribiendo, solo sigue escribiendo. Escribe con papel y bolígrafo para que no te distraigan los correctores automáticos o las notificaciones. El único objetivo es trasladar toda esa información de la cabeza al papel.

Otra cosa que puede ayudarte a calmar la mente es meditar. Puedes elegir la forma de meditación que prefieras, si no quieres complicarte mucho es suficiente con que te sientes en un lugar tranquilo y te concentres en tu respiración. También puedes hacer ejercicios de meditación con alguna aplicación o incluso apuntarte a algún taller. Lo que sea que elijas, recuerda que no se trata de controlar tus pensamientos. Los pensamientos son parte de nosotros y tenerlos no es necesariamente negativo ya que forman parte de nuestro desarrollo personal. Meditar tiene más que ver con observar y aceptar esos pensamientos y que estos no se apoderen de tu vida.

6 trucos para tener la mente despejada

Además de hacer ejercicios hechos a medida, también hay pequeñas acciones que puedes hacer en tu día a día para despejar tu mente. 

1. Deja de hacer muchas cosas a la vez

Si hay algo que va a abarrotar tu mente es realizar muchas tareas a la vez. Puede parecer que estás avanzando con muchas cosas y que puedes terminarlas todas antes, pero en realidad lo que estás haciendo es saltar de tarea en tarea. Esto no es muy eficiente, no te concentrarás plenamente en ninguna y además consumirás mucha de tu energía mental. ¡Ya es hora de dejar de hacerlo! En lugar de eso, trata de proponerte metas más realistas y delimitadas en el tiempo. Por ejemplo: terminar la presentación para el trabajo durante las próximas tres horas. Y sólo cuando termines, puedes empezar una nueva tarea. 

2. Rompe el círculo vicioso

Si te das cuenta de que estás dándole vueltas a algún asunto sin que te aporte nuevas perspectivas o información, es mejor cambiar de actividad. Haz algo que apenas te requiera pensar como salir a correr, leer un libro, tomar un café con un amigo/a; cualquier cosa que te distraiga funcionará. 

3. Evita saturarte de información

No es la información de por sí la que hace que estemos agobiados, sino más bien la forma en la que lidiamos con esta información. Cuando leemos, escuchamos o vemos algo, automáticamente le otorgamos un significado. Antes de darnos cuenta, nuestra mente se dispara con pensamientos que se pisan entre sí. En otras palabras: menos información, menos pensamientos. Crea momentos para ti mismo/a donde conscientemente evites fuentes de información como redes sociales, Internet o televisión. 

4. Organízate y cumple con tus objetivos

Para que no haya espacio para distracciones, te puede resultar útil organizar tu día. ¿Qué cosas quiero tener presentes? ¿Qué tareas quiero hacer para sentirme bien día a día? Utiliza el momento en el que estés más despejado/a para crear un calendario o un horario antes de comenzar con las tareas: abrir el email, las redes o las aplicación de noticias. 

5. Escríbelo

Durante el día, a veces cosas tan simples como un pensamiento o una tarea que se te había olvidado, nos desvían. Si consideras que un pensamiento o tarea puede ser valiosa y te gustaría tenerlo en cuenta aunque no sea el momento de actuar, escríbelo en una nota. En otro momento más adecuado podrás volver a leerlo y recordarlo, en vez de aferrarte al pensamiento a lo largo de todo el día. 

6. Aceptación: deja que tus pensamientos vayan y vuelvan

Muchas veces puede ser difícil dejar ir pensamientos que mantienen al cerebro ocupado. A veces es mejor simplemente aceptar que están ahí, en vez de seguir preocupándote al respecto. Ten presente que tus pensamientos no son necesariamente verdaderos, y que no todos los pensamientos tienen que conllevar una acción.